28 abril 2008

Espacio libre de gente tóxica y poluta

Si tan solo pudiera irme de aquí en este preciso momento, si pudiera dejar todo esto hoy lo haría ahora mismo, saldría corriendo sin mirar atrás... ¡¡cuánta negatividad concentrada en tan pequeño espacio!!, si pusieran el mismo empeño en arreglar las cosas o a crear en lugar de destruir, ¡¡serían auténticas máquinas!!... y es que me aturden, me aburren, me soliviantan, ya no puedo más, es un entrar y salir de gente que viene, me vomita su "historia de terror" del día con tono chirriante y gestos desmesurados, subiendo y bajando las manos, incluso acercándomelas excesivamente a la cara, casi metiéndome los dedos en los ojos, acompañadas de sacudidas de cuerpo y ojos encolerizados... les veo venir, vienen derechitos a envenenar mi espacio... y yo ahí, sentada en mi mesita ante la bestia, tratando de pasar desapercibida, sin hacer ruido ni molestar a nadie... me habla sin descanso, uniendo una frase con otra, conteniendo incluso la respiración para que no se le escape ni un quejido, y yo, desde mi humilde silla, asiento con la cabeza como "claro, te entiendo, vaya... aha" y cuando ya se ha despachado a gusto, se va por donde ha venido, sin preguntar si quiera un "¿y tú qué tal?" y me quedo ahí, ojiplática y espectante, dudando entre si era una pesadilla o realmente estaba sucediendo... antes de que los ecos agudos que aún revolotean por la sala se filtren en mi taciturno cerebrito y hagan mella, cojo aire profundamente y lo exhalo al tiempo que cierro los ojos y calmo la agitación que me ha trasmitido ese ser egoísta y buen hacedor de monólogos contaminados con un "aaaaoooooommmmmmm...".

...aún estoy entreabriendo los ojos y volviendo de mi breve reposo ulterior cuando entra otro ser, más encolerizado que el anterior, y repite la misma operación, nefasta para mi casi inagotable paz interior... y yo me pregunto, ¿¿es que acaso tengo cara de papelera de reciclaje o mi espalda les recuerda al muro de las lamentaciones??, me provocan un agotamiento psíquico fuera de lo común... todos los días la misma historia... quiero renunciar, oiga, ¿¿a quién tengo que dirijirme??, es que al final, la que acaba mal soy yo, que no me sometan a esto porque no estoy por la labor, que si lo llego a saber no vengo y no me provoquen que no me cuesta nada irme por donde he venido... ¡he dicho!

Que dejen ya de quejarse a mí, de hacer ese ruido molesto, ese tan incómodo y devastador para mis sentidos... llega por fin el fin de semana, encuentro la paz que necesito para desintoxicarme de tanta negatividad y pesadumbre que me rodea para el lunes volver a empezar... qué pereza me da este lugar... y qué vidas tan vacías tienen algunos que solo saben hablar de las de los demás y de su propio ombligo, qué desilusión y qué pena de espacio inútil habitado por seres como estos... los "homo in-sapiens".

Yo no soy ni mucho menos perfecta, tampoco lo pretendo ser pero no me creo tan egoísta e insensible, en fin... ¡paz! y a ver si alguien se equivoca un día de sala y me regala una sonrisa, una historia alegre, trae buenas noticias, que también las tiene que haber, o simplemente me habla de algo intrascendental, mientras tanto, hago lo posible por hacerme impermeable a tanta estupidez y conversación hueca que no transmite nada más que desorden y ruido, como el que hace cuando se pisa el vidrio roto. Cada vez me cuesta más sonreir, ésta ya no es tan nítida, se va haciendo borrosa... y lo más triste, es que yo no soy así.

23 abril 2008

Pensión Compleja (por Risto Mejide)

Este "Hartículo", como lo titula el archiconocido y polémico Risto, lo rescaté de uno de estos periódicos que puedes coger "gratis" en cualquier boca de Metro para hacer más liviano el trayecto.

Será como sea pero la verdad es que no escribe mal, no es lo primero que leo de él y me gusta. Le "uso" para mi primera publicación ya que me está costando tanto romper el hielo y lanzarme a escribir algo más personal. Me he decidido a copiarlo de forma literal, para que aquél que esté interesado o solo por el simple hecho de no tener nada mejor que hacer, lo lea. Pues ahí va!!, tal vez alguno de vosotros se sienta, en modo alguno, identificad@.


"Antes que nada, perdona si huele un poco a cerrado, hacía mucho tiempo que nadie se alojaba aquí, y menos aún con la intención de quedarse. Ábreme bien de puertas y ventanas. Que corra el aire, que entre tu luz, que pinten algo los colores que a este azul se le suba el rojo, que hoy nos vamos a poner moraos.
Y hablando de ponerse, vete poniendo cómoda, que estás en tu casa. Yo, por mi parte, lo he dejado todo dispuesto para que no quieras mudarte ya más.
Puedes dejar tus cosas aquí, entre los años que te busqué y los que te pienso seguir encontrando. Los primeros están llenos de errores, los segundos, teñidos de ganas de no equivocarme otra vez.

El espacio es tan acogedor como me permite mi honestidad. Ni muy pequeño como para sentirse incómodo, ni demasiado grande como para meter mentiras.
Mis recuerdos, los dejé todos esparcidos por ahí, en cajas de zapatos gastados y cansados de merodear por vidas ajenas. No pises aún, que está fregado con lágrimas recientes, y podrías resbalar. Yo te aviso.
El interruptor general de corriente está conectado a cada una de tus sonrisas. Intenta administrarlas bien y no reírte demasiado a carcajadas, no vayas a fundirlo de sopetón.

No sé si te lo había comentado antes, pero la estufa la pones tú. Y hablando del tema, he intentado que la temperatura del agua siempre estuviera a tu gusto, pero si de vez en cuando notas un jarro de agua fría, eso es que se me ha ido la mano con el calentador. Sal y vuelve a entrar pasados unos minutos. Discúlpame si es la única solución, es lo que tenemos los de la vieja escuela, que a estas alturas ya no nos fabrican ni los recambios.

Tampoco acaba de funcionarme bien la lavadora. Hay cosas del pasado que necesitarán más de un lavado, es inevitable. Y hay cosas del futuro que, como es normal, se acabarán gastando de tanto lavarlas. La recomendación, ensuciarse a su ritmo y en su grado justo. Eso sí, no te preocupes por lo que pase con las sábanas, que las mías lo aguantan todo.

Para acabar, te he dejado un baño de princesa, una cama de bella durmiente, un sofá de puta de lujo y algo de pollo hecho en la nevera. Para que los disfrutes a tu gusto, eso sí, siempre que sigas reservando el derecho de admisión.
Aquí no vienes a rendir cuentas, sino a rendirte tú. Aquí no vienes a competir con nadie, sino a compartirte a mí. Y lo de dar explicaciones, déjalo para el señor Stevenson.

El resto, no sé, supongo que está todo por hacer. Encontrarás que sobra algún tabique emocional, que falta alguna neurona por amueblar, y que echas de menos, sobre todo al principio, alguna reforma en fachada y estructura.
Dime que tienes toda la vida y voy pidiendo presupuestos. Dime que intentaremos toda una vida e iré encofrando mis nunca más".