21 mayo 2008

Life in mono

...tras ver que la situación no se resuelve por sí sola, me paro, analizo cómo me siento y llego a la conclusión de que estoy bastante confusa, algo perdida y no menos desorientada... hacía tiempo que no me sentía así. Supongo que se debe al cúmulo de cosas que me han venido sucediendo de un tiempo para acá; todo empezó después del verano con el desalojo de mi casa por una larga e interminable rehabilitación en el edificio que a día de hoy persiste.



Parece ser que, al guardamuebles, no sólo se llevaron empaquetados mis objetos personales sino que algo pasó conmigo y en mi interior en cierta manera pues, desde entonces, no consigo encontrar la estabilidad emocional que tenía y me sosegaba. Desconozco si toda esta situación ha tenido alguna influencia y el grado de la misma pero me siento distinta, que no es malo sino fuera porque no me siento cómoda ni del todo bien así. Tengo la sensación de que no estoy enteramente aquí y ahora, no sé... quiero huir, cerrar los ojos y no pensar, entrar y salir del silencio a voluntad, sentir la dulce brisa del aire y la frescura de la lluvia en mi cara, ir descalza, llorar porque sí, gritar a pleno pulmón... rodearme de niños, compartir su ingenuidad, aprender de la sencillez con la que ven las cosas... plantar flores, acariciar animales, correr por un bosque, flotar en el mar, tirar lo viejo, sustituir, renovar...

Me ahogo en esta apatía, me pierdo en este sin saber, me fatiga esta desmotivación que se ha apoderado de mi ser... he aprendido a escudriñarme y soy tan consciente de cómo me siento que esto hace que se acentúe y haga más latente si cabe... ¡ah!, por desgracia la gente tóxica y poluta aún no se ha evaporado, sigue intoxicando y ensuciando mi espacio con sus casos para "archivo definitivo" a pesar del filtro que instalé pero tanta contaminación ha provocado algunas fisuras y justo ayer se me terminó el hilo de coser.


Necesito un cambio, tal vez radical, me he cansado de ver a la misma gente... me pregunto qué quiero y no hallo respuesta, no sé si la encontraré a base de insistir, díme si sabes dónde puedo encontrar soluciones, o tal vez deba dejarlo estar y un día me levante y sepa, por arte de magia, qué quiero hacer... el tiempo pasa pero no me importa, no tengo prisa ni miedo a equivocarme, es más, estoy en mi pleno derecho, como ser humano y como parte del aprendizaje que me toca. A pesar de todo, no me siento triste, soy optimista y creo en los cambios positivos si los deseas de corazón, lo que ocurre es que sufro de saturación de metales pesados y no encuentro la manera de eliminarlos... tampoco creo que la solución sea salir corriendo porque todo lo que crees que dejas atrás al final te persigue y te atrapa de nuevo. Solo quiero tranquilidad, de nuevo ¡paz!...

05 mayo 2008

Chamberí por un agujerito...


¡¡Qué bien, qué bien!!, estoy entusiasmada, ¿qué digo entusiasmada? estoy pletórica con mi "renovarse o morir" en casa; mueblecito por aquí, lamparita por allá y voilá, la casa parece otra. Vamos, que si no fuera porque cuando entro en ella sale al trote mi "negrita" para recibirme, pensaría que me he equivocado de hogar y digo hogar porque el mío lo es. Nunca fue una casa cualquiera, la verdad, pues ya desde el momento en el que la pisé por primera vez antes de entrar en el juego del Euribor y los intereses, me cautivó. Entre otras cosas, me envolvió su luz, a pesar de ser interior, y ese encanto que tienen las casas centenarias de techos infinitos y puertas con mirilla tipo "celosía"; me atrapó su look, el olor que despedía la madera del suelo y sus paredes asimétricas.
Hablemos del señor Portal y de sus prominentes puertas de madera maciza talladas a mano, protegidas como Patrimonio, a Dios gracias, en las que puedes apreciar las irregularidades de la mano del ya desaparecido artesano. No pasan inadvertidos los llamadores de bronce con forma de cabeza de león. Me pregunto en qué se inspirarían para haber tallado semejante fauna, a lo mejor es que hace cien años había leones en la calle Fuencarral, qui lo sa?; el caso es que todo ello posee el olor, el aspecto y el color de lo añejo, incluso las chirriantes visagras son dignas de mención porque sin ellas, cruzar el umbral de la puerta, no sería lo mismo.

Las incomparables y pintorescas fachadas con encanto, sus balcones de azulejo adamascado y forja desgastada por la erosión, sus persianas de rulo, que no protegen de la luz ni del frío pero que aún descoloridas y desdentadas, nunca olvidan el "buen rollo". Son manzanas emblemáticas que han conocido la Guerra Civil, la peseta y los duros, las manifestaciones de antaño, la movida madrileña... ¡una auténtica revolución!, además de ser escenario de múltiples rodajes cinematográficos y residencia de artistas, ahora también se suma la estación de metro fantasma, si es que ¡¡no le falta de nada!!

Chinos, filipinos, cubanos, colombianos... solitarios, octogenarios, viudas, bohemios, homosexuales, ermitaños... cóctel de cultura y raza donde el perfil de ciudadano medio no existe. Mi comunidad no se parece a las convencionales, es "multi" por definición y así es como me gusta, con Don Manolo, la señora Juana, Xiao Jing o Guadalupe María. Hay respeto que, al fin y al cabo, es lo que espero de mis vecinos, esos compañeros de escalera del lugar en el que vivo.

Sales a la calle, se siente el murmullo a dos pasos, está plagado de tiendas, cines, una galería de alimentación de las de toda la vida, compitiendo a toda máquina con Opencor; cafeterías, bares, restaurantes, perfumerías, salas de juego, librerías, bancos, plazas, locutorios, gimnasios, tiendas de moda... el tráfico rodado, el metro, bloques de casas rehabilitadas, también de nueva construcción, academias, estancos, angostos locales cerrados hace años pero con la leyenda intacta que reza "niquelador", "broncista" o los típicos de la saga "Ferretería Martínez" o "Mercería Toñi" que pasaban de padres a hijos, hasta cuatro y cinco generaciones, oficios que proliferaban antes del boom de los MBA y las profesiones "trendy".

Lo actual se fusiona con lo antíguo, con lo desgastado por el uso y el paso irremediable de las estaciones, dando como resultado una estampa sin parangón... graffitis multicolor, farolas cargadas de carteles de "se vende piso", "se ofrece asistenta del hogar", "pintor económico", "reformas integrales"... paredes empapeladas con pósters anunciando la programación de mayo de la Sala Clamores y la promoción de las Navidades de 2007 del mítico Honky Tonk.
Adoro a esta ciudad, sobretodo por la noche. Muy a mi pesar no puedo ver más que un pedazo de cielo desde mi ventana, es lo que más echo de menos de los sitios en los que he vivido con anterioridad pero está claro que no se puede tener todo y lo tengo asumido. No sé el tiempo durante el cual habitaré esta modesta morada, desearía que fuera el suficiente como para llevarme, a donde quiera que sea mi siguiente destino, todo el aroma de este "Mi Barrio" que me lleva acogiendo dos años y medio hasta la fecha. Pasé muchas veces por aquí antes pero nunca imaginé que acabaría viviendo y que me encantaría...