05 mayo 2008

Chamberí por un agujerito...


¡¡Qué bien, qué bien!!, estoy entusiasmada, ¿qué digo entusiasmada? estoy pletórica con mi "renovarse o morir" en casa; mueblecito por aquí, lamparita por allá y voilá, la casa parece otra. Vamos, que si no fuera porque cuando entro en ella sale al trote mi "negrita" para recibirme, pensaría que me he equivocado de hogar y digo hogar porque el mío lo es. Nunca fue una casa cualquiera, la verdad, pues ya desde el momento en el que la pisé por primera vez antes de entrar en el juego del Euribor y los intereses, me cautivó. Entre otras cosas, me envolvió su luz, a pesar de ser interior, y ese encanto que tienen las casas centenarias de techos infinitos y puertas con mirilla tipo "celosía"; me atrapó su look, el olor que despedía la madera del suelo y sus paredes asimétricas.
Hablemos del señor Portal y de sus prominentes puertas de madera maciza talladas a mano, protegidas como Patrimonio, a Dios gracias, en las que puedes apreciar las irregularidades de la mano del ya desaparecido artesano. No pasan inadvertidos los llamadores de bronce con forma de cabeza de león. Me pregunto en qué se inspirarían para haber tallado semejante fauna, a lo mejor es que hace cien años había leones en la calle Fuencarral, qui lo sa?; el caso es que todo ello posee el olor, el aspecto y el color de lo añejo, incluso las chirriantes visagras son dignas de mención porque sin ellas, cruzar el umbral de la puerta, no sería lo mismo.

Las incomparables y pintorescas fachadas con encanto, sus balcones de azulejo adamascado y forja desgastada por la erosión, sus persianas de rulo, que no protegen de la luz ni del frío pero que aún descoloridas y desdentadas, nunca olvidan el "buen rollo". Son manzanas emblemáticas que han conocido la Guerra Civil, la peseta y los duros, las manifestaciones de antaño, la movida madrileña... ¡una auténtica revolución!, además de ser escenario de múltiples rodajes cinematográficos y residencia de artistas, ahora también se suma la estación de metro fantasma, si es que ¡¡no le falta de nada!!

Chinos, filipinos, cubanos, colombianos... solitarios, octogenarios, viudas, bohemios, homosexuales, ermitaños... cóctel de cultura y raza donde el perfil de ciudadano medio no existe. Mi comunidad no se parece a las convencionales, es "multi" por definición y así es como me gusta, con Don Manolo, la señora Juana, Xiao Jing o Guadalupe María. Hay respeto que, al fin y al cabo, es lo que espero de mis vecinos, esos compañeros de escalera del lugar en el que vivo.

Sales a la calle, se siente el murmullo a dos pasos, está plagado de tiendas, cines, una galería de alimentación de las de toda la vida, compitiendo a toda máquina con Opencor; cafeterías, bares, restaurantes, perfumerías, salas de juego, librerías, bancos, plazas, locutorios, gimnasios, tiendas de moda... el tráfico rodado, el metro, bloques de casas rehabilitadas, también de nueva construcción, academias, estancos, angostos locales cerrados hace años pero con la leyenda intacta que reza "niquelador", "broncista" o los típicos de la saga "Ferretería Martínez" o "Mercería Toñi" que pasaban de padres a hijos, hasta cuatro y cinco generaciones, oficios que proliferaban antes del boom de los MBA y las profesiones "trendy".

Lo actual se fusiona con lo antíguo, con lo desgastado por el uso y el paso irremediable de las estaciones, dando como resultado una estampa sin parangón... graffitis multicolor, farolas cargadas de carteles de "se vende piso", "se ofrece asistenta del hogar", "pintor económico", "reformas integrales"... paredes empapeladas con pósters anunciando la programación de mayo de la Sala Clamores y la promoción de las Navidades de 2007 del mítico Honky Tonk.
Adoro a esta ciudad, sobretodo por la noche. Muy a mi pesar no puedo ver más que un pedazo de cielo desde mi ventana, es lo que más echo de menos de los sitios en los que he vivido con anterioridad pero está claro que no se puede tener todo y lo tengo asumido. No sé el tiempo durante el cual habitaré esta modesta morada, desearía que fuera el suficiente como para llevarme, a donde quiera que sea mi siguiente destino, todo el aroma de este "Mi Barrio" que me lleva acogiendo dos años y medio hasta la fecha. Pasé muchas veces por aquí antes pero nunca imaginé que acabaría viviendo y que me encantaría...

3 comentarios:

Alex Manchon dijo...

Precioso! Y las fotos geniales, la ultima es una pasada!

Elisa dijo...

Muchas gracias!!, aunque tengo que decir que no son mías, las pesqué en internet ;O)

Nacho Cembellín dijo...

POr fin!!!! no sabía si habías empezado. Ahora a leer el resto, me encanta.